Pulsoxímetro

En algunas ocasiones es necesario medir de forma habitual la concentración de oxígeno en sangre. Algunos de estos casos son las personas con alguna enfermedad respiratoria, senderistas, montañistas, deportistas profesionales, etc. La forma más fácil de medirla es mediante la utilización de un pulsoximetro de dedo.

 

Estos dispositivos consisten en una especie de pinza que se engancha en el dedo índice. A continuación emite una serie de ondas de luz que son absorbidas en mayor o menor medida dependiendo de la concentración de oxígeno en sangre, por lo que el lector del aparato en función de los datos obtenidos puede calcularla.

 

Su utilización es muy sencilla, simplemente se pinza en el dedo como ya hemos dicho y se aprieta el botón de inicio. En cuestión de unos pocos segundos dará la lectura de oxígeno en sangre. En algunas ocasiones el esmalte de uñas puede afectar a la medición correcta, por lo que en estos casos será necesario quitar el esmalte antes de proceder a su utilización. 

 

Se trata además de un dispositivo portátil de poco peso y tamaño, el cual a menudo viene con un estuche para transportarlo fácilmente en el bolso, en la maleta, etc.

 

Hay algunos pulsoxímetros más complejos que otros. Los más sencillos se limitan a la medición de la concentración de oxígeno, mientras que hay modelos más complejos con memoria de las últimas mediciones o incluso con la capacidad de crear gráficos de ellas. Para saber cuál es el que más te conviene en función de tus necesidades y de tu presupuesto consulta con tu médico, ya que probablemente conocerá diferentes marcas para ayudarte a elegir.